Justo ayer nuestra lideresa escribió una Editorial titulada "¿Qué papel juega el maestro en la calidad educativa?"en la cual destaca que a pesar de todos los rezagos y vicisitudes del magisterio se ha disminuido el índice de analfabetismo; al mismo tiempo reconoce que el gobierno, en los últimos 65 años, ha volteado hacia las zonas rurales donde más cobertura necesitaba el país, para lo cual creó el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio. En fin, en su papel de representación reclama que se reconozca la labor docente en estos logros, pero al mismo tiempo exige mejorar su formación.
Por otra parte una analista política y activista ciudadana Maite Azuela despotrica contra el gremio aduciendo que dicha representación sindical permite que los maestros permanezcan impunes y a su vez reconoce que estamos atrapados en un sistema donde el desempeño individual no necesariamente nos permite acceder a un mejor salario; acerca de los líderes del SNTE dice: "están construyendo la ruta de una “carrera magisterial” aprisionada tras intereses políticos". Nada más claro, sin embargo también utiliza como argumentos las pruebas internacionales como PISA para refutar que los avances no son significativos cuando en dichas evaluaciones estamos por debajo de los niveles aceptables.
Ahora bien, la precisión de que los maestros son factores imprescindibles en el contexto educativo es acertada, sin embargo las políticas educativas que han imperado ponderan los presupuestos y cifras más que la realidad docente en las escuelas y el sistema en general; en efecto estamos atrapados en la desprotección, la incongruencia, los intereses políticos, los mecanismos de estímulos injustos, el señalamiento y la desconfianza. Posiblemente muchos de nosotros hemos hecho (o dejado de hacer) lo necesario para recibir todo ello, pero como en la vida misma: por "unos" pagan todos. No obstante la responsabilidad es compartida, la Educación Normal también ha permitido que en las escuelas ahora mismo se encuentren compañeros que se titularon por mayoría, por lástima o porque ya eran muchos exámenes, el simple plan de estudios dista mucho de tener elementos que lo coloquen a un nivel Licenciatura, simplemente revisemos planes de estudio de la UNAM: Pedagogía, Lengua y Literaturas Hispánicas e Historia, por citar algunas, tienen como requisito de titulación la comprensión de una lengua extranjera; es ahí donde toda teoría, argumento o propuesta pierde sentido. Por otra parte los profesionales que ahora también pueden concursar por plazas docentes en el dichoso examen (auspiciado por el SNTE y su fallida ACE), tampoco garantizan que poseen las armas necesarias para enfrentarse a un grupo.
Hoy en día necesitamos urgentemente una re-educación de padres de familia, antes que pensar en sepultar al maestro en evaluaciones que lo evidencien y exhiban alevosamente. No podemos pretender que la maquinaria educativa funciones únicamente con los motores que son los maestros, intervienen demasiados factores.
Saquemos las conclusiones propias:
http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/51942.html
La anhelada libertad docente quizás pueda transitar en nuestra conciencia, metodología ó prioridades de nuestros alumnos, aunque se aceptan más propuestas...
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